Ayer estaba viendo la nueva temporada de una serie alemana.
Se llama How to Sell Dr ugs Online (Fast) y va de una par de chavales muy frikis que montan una página en la web oscura para vender dro gas. Imposible de rastrear y una genialidad.
Pues estrenaron la segunda temporada hace nada (no hay spoilers aquí).
En el primer capítulo ves el momento exacto en el que el protagonista la caga. Sabes que todo lo que pase después, solo será un intento de arreglar aquella estupidez.
Y esto es muy típico en las películas y series. Ese momento en que te dan ganas de gritarle a la pantalla «NOOO, NO HAGAS ESO. IDIOTA.»
Pero lo hacen porque si no no habría nada interesante que contar.
¿Esto pasa en la vida real?
Pues un poco sí.
En concreto en esto de emprender me ha pasado muchas veces lo de contenerme el grito de «NOOO, ESO NO».
Cuando más a menudo me pasa es cuando le pregunto a alguien si ha hecho un estudio de su cliente y me dicen algo como:
«Sí. Es una persona de entre 15 y 89 años que vive en la ciudad».
Esto se traduce en: «Voy a intentar vender esto a cualquiera».
Y no, eso no.
Es el primer paso para desencadenar un desastre parecido o peor al que se le viene encima al chaval de la serie.
Así que, para evitar la ruina, lo primero de lo primero es conocer a quién le vendes.
Pero conocerle bien. Mejor de lo que le conoce su madre.
Cómo hacer un estudio del cliente digno de exponer en una galería de arte, te lo cuento el martes en la membresía:
Lorena S.