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Cómo no hacer amigos

Hace un año y algo vivía en un bloque de edificios donde mi madre era amiga de la casera.

La mujer había vivido allí bastante tiempo y se llevaba bien con los vecinos del 3º.

Ellos tenían una hija de mi edad y por lo visto, sus amigas la habían dejado un poco de lado.

A la casera le pareció una idea estupenda presentarnos, que seguro que me caía bien y nos hacíamos amigas.

El rato que estuvimos con ella, la chica me pareció agradable así que nos intercambiamos números y dijimos de quedar un día.

Pero esta vez de verdad, no como el «ya quedaremos» que se suele decir.

Unos días después acordamos ir a tomar algo.

Quedamos en el portal.

Ventajas de de vivir en el mismo edificio.

De hecho, todo aquello parecía tener bastantes ventajas. Yo iba muy dispuesta a llevarme bien con aquella chica con mala suerte.

Nos sentamos en un bar cercano, nos pedimos algo y le empecé a preguntar por su vida.

A buscar intereses comunes y esas cosas.

Las respuestas que me daba me parecían bastante aburridas. Y si no preguntaba, no había conversación.

Me contó la historia con el padre de su hija, sus aspiraciones de ser funcionaria y que le gustaba salir de fiesta antes de ser madre.

Yo rasqué y rasqué, pero no había nada más que aquello.

Me fui a casa un poco decepcionada.

Pero intenté hablar con ella un par de veces más.

Nada.

Me aburría soberanamente.

Y cuanto más lo intentaba era peor.

Así que con el tiempo desistí.

Esto pasa con muchos negocios.

A priori pintan bien.

Pero en cuanto ves su conversación, sus textos, son puro aburrimiento.

Hastío.

Y nadie en su sano juicio va a intentarlo tanto como yo con aquella chica.

¿Me aburres? Me voy y te olvido para siempre.

Para que la gente compre, tienes que llamar la atención y hacer que siga leyendo.

No hay más ciencia.

Pero hay que aprender a hacerlo. Eso es cierto.

Para aprender te recomiendo lo que viene aquí debajo:

Membresía para negocios con valores

Lorena S.

PD: El martes, copywriting 101. Veremos como darle argumentos a un cliente para pasar por caja usando los deseos que no suele confesar. En el enlace.