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Dejar de ser una sardina va bien para tu negocio

El otro día me hicieron una pregunta que me machacó. 

«¿Quién eres?»

En el sentido profundo de la pregunta. Vamos, que me definiese.

Llevo fatal lo de tratar de definirme, de decir quién soy, ponerme unas cuantas etiquetas como si fuese una prenda de ropa. 

Se me da de pena. 

Tanto es así que acabo diciendo cosas como que soy una persona y mierdas del estilo. 

Pero lo que sí tengo claro es que me gusta un montón ir a contracorriente.

Si todos escogen blanco, me gusta más el negro, si todos están haciendo tal cosa, yo paso de ir por ahí. 

Espíritu de contradicción, que me decía mi abuela.

Esto no es bueno ni malo, solamente es. 

Pero esta particularidad me ha llevado a tomar buenas decisiones muchas veces. 

Cuando todo el mundo está haciendo algo y te dedicas a hacer justo lo contrario, pasan cosas. 

Un negocio que hace lo mismo que todos los demás, es solo otro negocio. 

Cuando todos se han puesto a hablar de lo buenos que son y Coca Cola saca campañas protegiendo los océanos, pues ha dejado de ser un punto diferencial para nadie.

Y cuando todos están compitiendo por el mismo espacio y por la misma atención, pues pasan desapercibidos como una sardina en un cardumen.

Además los cardúmenes tienen algo curioso. Un pez se va para un lado porque se ha asustado de un alga que parecía un tiburón y los demás le siguen sin pensar. 

Y esto significa perder oportunidades. 

Por eso es mejor pensar por uno mismo que dejarse llevar por la corriente.

Y para pensar sin dejarte llevar por modas o corrientes absurdas, tengo algo muy bueno. 

Es para leer, pensar y actuar en consecuencia.

Sin complicaciones, sin tonterías y para aplicar. Lo puedes ver aquí: 

Membresía

Lorena S.

PD: Si lees con atención el email te digo dos cosas importantes. Lo del espacio – atención y lo de ser buenos. Si necesitas más explicación, en la membresía.