Esto que te voy a contar es real aunque parezca un poco broma.
Ayer terminé un curso sobre economía social.
Iba a ser presencial, pero los caminos del corona son inescrutables, así que lo terminamos online. No te voy a mentir, lo agradecí.
Una porque soy un introvertida (que no tímida) y otra porque me ahorré conducir una hora y pico de ida y otra vuelta los fines de semana.
Pero la primera sesión sí fue presencial.
Te pongo en situación, 20 y algo mujeres de la economía social, sentadas en circulo en un aula para conocernos.
Juegos de presentaciones y mucho desconcierto.
Uno de los juegos consistía en caminar por el espacio, pararte delante de una persona y presentarte diciendo cuál era tu gran sueño.
Yo, ilusa de mí, iba con mi mundano sueño de viajar a Africa a ver a los grandes mamíferos.
Quedé a la altura del betún cuando la chica que tenía delante me dijo que su gran sueño era hacer la fotosíntesis.
Me dejó con la cara desencajada como de un bofetón.
No sabía si me vacilaba o tenía las aspiraciones más altas que vi en mi vida.
– Un poco difícil, ¿no?
– Bueno, los sueños no tienen porque cumplirse – me espetó.
Pero bueno, yo soy una persona práctica y pienso en cosas que si que puedo llevar a cabo. Llámame loca, pero me gusta pensar en cosas factibles.
Y por eso mismo me gusta hacer factibles negocios con valores, son realidad, son viables, pero siempre y cuando se hagan las cosas con cabeza.
Porque abrazar árboles y hacer la fotosíntesis no va a hacer rentable un negocio ni va a pagar las facturas.
Para la rentabilidad están las estrategias.
En concreto el martes voy a hablar de las estrategias Kernel. No de 1, ni de 2, ni de 3… De 6.
Para ver estas estrategias simples y tangibles, es aquí:
Lorena S.
PD: Lo que te cuento el martes, no te lo van a contar por ahí 😉