Ayer estuve viendo cómo una de mis mejores amigas presentaba su tesis doctoral.
Ahora se hace por videoconferencia, lo que le quita un poco de protocolo y glamour.
Pero sigue siendo una cosa muy formal, aunque haya gente viéndote en pijama desde casa.
Estuve un rato emocionada viendo cómo mi amiga se convertía en doctora después de todo el esfuerzo.
El resto del tiempo estuve razonando porque la ciencia casi nunca interesa a la gente.
No es que no la ciencia no sea sexy.
Lo es y mucho.
Te lo digo yo, que me sedujo durante mucho tiempo y también iba para doctora. Luego me di cuenta que aquello era más un amor de verano…
El problema no está en que no sea atractiva, es que la ocultan su belleza con cosas feas. El mundo académico intenta alejarse del mundo de a pie.
Quizás por miedo a no tener credibilidad, quizás por miedo a perder prestigio o por una cuestión de ego desmedido.
El resultado es que al final nadie preste atención a la ciencia.
No hay atención, no hay dinero.
No hay dinero, no hay ciencia.
Y con los negocios pasa algo similar.
No hay dinero, no hay negocio.
No hay dinero porque no hay atención.
No hay atención porque no sabemos cómo conseguirla.
Y seguimos imitando lo que hace otra gente, como los científicos siguen imitando a los de hace 100 o 200 años.
Por suerte tú no tienes que cambiar todo un sistema académico para lograr atención y ser rentable.
Solo tienes que dejar de hacer lo mismo que los demás.
¿Cómo? Te lo explico en el email del próximo martes de la membresía. Y qué hacer a corto y largo plazo para lograr atención y por lo tanto dinero. Para recibir ese email, es aquí:
Lorena S.